Estándares de aprendizaje
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Etapa
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Indicadores de logro
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B5-2.1.
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Test proyectivos: Dibujo de la familia.
· Elabora un cuadro comparativo de las distintas teorías
sobre la personalidad en el que resume los aspectos más relevantes de cada
una de ellas.
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B5-2.1.
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· Explica las diferencias entre las teorías internalistas,
situacionales e interaccionistas.
Las teorías internalistas defienden que la personalidad depende principalmente de aspectos definitorios del individuo. Lo importante son las estructuras y mecanismos subyacentes. Por esta razón, plantean que la personalidad presenta un buen grado de consistencia transituacional (es la misma en diferentes contextos y situaciones) y de estabilidad temporal (cambia poco a lo largo de la vida). Además, desde estos planteamientos la conducta de una persona será predecible. Las teorías situacionales se centran en la expresión conductual como respuesta a los estímulos presentes en los contextos familiares, históricos y socioculturales en los que se desarrolla una persona. Según este enfoque, la personalidad es el resultado de la adaptación al contexto y de procesos de aprendizaje. Se explica en mayor medida por los parámetros que definen la situación en la que la conducta tiene lugar. Las teorías interaccionistas estudian el desarrollo continuo y los cambios que tiene la personalidad en diferentes etapas del ciclo vital. Cada etapa tiene sus tareas evolutivas. Desde esta perspectiva, la personalidad es el resultado del proceso de maduración en el que se suceden momentos de estabilidad y cambio. Así que la personalidad es el resultado de la interacción de variables internas y externas, y es esta interacción lo realmente importante. |
B5-2.2.
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· Enumera las principales características de la teoría de
los rasgos y tipos.
Las teorías de los rasgos y tipos de personalidad se centran en la predisposición a dar respuestas similares estables en el tiempo, es decir, en características de la personalidad particulares de cada individuo que vienen determinadas en buena medida por su temperamento. Un rasgo de personalidad es un constructo psicológico que se refiere a la tendencia de un sujeto a emitir, de manera consistente a lo largo del tiempo, unas respuestas parecidas con independencia de la situación en la que esté. Cuando un conjunto de rasgos aparecen asociados con frecuencia, conforman un tipo de personalidad. Hans Eysenk planteó que todas las personas se sitúan en un punto entre los dos extremos de estas tres dimensiones: Psicoticismo: engloba en un extremo a personas con un bajo control de impulsos agresivos, y en el otro, a sujetos con niveles muy elevados en el control de sus respuestas impulsivas. Extraversión-introversión: determina que una persona sea sociable y participativa al relacionarse con los demás. Neuroticismo: se refiere a la capacidad de las personas a adaptarse al medio ambiente externo. Lewis Goldberg propuso la teoría de los cinco grandes, que es considerada la mejor teoría para describir la personalidad. Desde este modelo, las cinco dimensiones básicas de la personalidad son: neuroticismo, extraversión, cordialidad, responsabilidad y apertura a la experiencia.
· Describe las etapas del desarrollo psicosocial de Erik
Erikson.
· Explica la teoría humanista de la personalidad de Carl
Rogers.
La teoría humanista de la personalidad de Rogers concibe al ser humano como un ser de motivación positiva. Según Rogers, los seres humanos nacen con unas capacidades y potencialidades que deben cultivarse a través de la adquisición de nuevas destrezas. Esta teoría se centra en un aspecto central al que denomina autorrealización, que se refiere a la tendencia humana a crecer y mejorar, y constituye la principal motivación para el desarrollo de la personalidad.
Esta teoría se basa en los siguientes conceptos: organismo, que es el conjunto total de la persona que se compone del campo experiencial y del sí mismo; campo experiencial o fenoménico, que comprende todas las experiencias conscientes e inconscientes del organismo y el aprendizaje; sí mismo, que se refiere al autoconcepto, está en constante cambio porque suma las nuevas experiencias, pero sigue siendo un todo; tendencia actualizadora, que es una predisposición innata del organismo a desarrollar todas sus capacidades; y funcionamiento pleno, que es un estado psicológico de bienestar y equilibrio que se alcanza cuando el sí mismo logra la autorrealización.
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B5-2.3.
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· Reconoce las principales diferencias entre los test
proyectivos y psicométricos, opinando, de forma argumentada, sobre estos
tipos de pruebas.
Los test proyectivos son pruebas diseñadas para estimular la expresión de la personalidad y, de esta manera, comprenderla. Son materiales no estructurados, necesariamente ambiguos, porque buscan que los sujetos expresen su personalidad de forma libre y espontánea. Por esta misma razón no tienen respuestas limitadas, sino que el sujeto dispone de una ilimitada variedad de ellas. Los test psicométricos están compuestos por ítems cerrados cuyas respuestas también lo son (sí/no, siempre/mucho/poco/nunca, etc.). Los test psicométricos se han basado principalmente en las teorías de rasgos de personalidad y sirven para evaluar y medir las características de la personalidad definida en estos modelos. |
B5-2.5.
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· Busca información en internet sobre el consumo de alcohol
y drogas en la sociedad española valorando las consecuencias negativas
(personales, familiares y sociales) que conlleva el consumo de estas
sustancias.
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B5-2.6.
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· Analiza la teoría humanista de la personalidad de Rogers,
valorando la importancia del autoconcepto para el desarrollo de la
personalidad.
El autoconcepto es básicamente la imagen que tenemos de nosotros mismos. Esta imagen se forma a partir de un buen número de variables, pero es particularmente influenciado por nuestras interacciones con las personas importantes en nuestras vidas.
Incluye la percepción de nuestras capacidades y nuestra propia singularidad, y a medida que envejecemos estas auto-percepciones se vuelven mucho más organizadas, detalladas y específicas.
El autoconcepto es un término de gran relevancia en al ámbito de la psicología social, pero fundamentalmente ha sido desarrollado por los teóricos de la psicología humanista, en cuyo seno se ha considerado como un pilar básico para el posterior desarrollo de sus diversos abordajes terapéuticos.
Componentes del autoconcepto
Al igual que ocurre con otros muchos términos en psicología, diferentes acercamientos teóricos han propuesto diferentes formas de definir y pensar sobre el autoconcepto.
De acuerdo con una teoría conocida como la teoría de la identidad social(desarrollada por Henri Tajfel en la década de los setenta), el autoconcepto se compone de dos partes fundamentales: la identidad personal y la identidad social.
Nuestra identidad personal incluye variables tales como los rasgos de personalidad y otras características que hacen a cada persona única.
Factores que determinan el autoconcepto
Para el Psicólogo humanista Carl Rogers, el concepto de sí mismo se compone de tres factores diferenciados:
1.- La imagen de ti mismo, o cómo te ves
Es importante darse cuenta de que la auto-imagen no coincide necesariamente con la realidad. La gente puede tener una auto-imagen inflada y creer que las cosas son mejores de lo que realmente son. Por el contrario, las personas son generalmente propensas a tener auto-imagen negativa y percibir o exagerar los defectos o debilidades.
La autoimagen se ve afectada por diversos factores, como la influencia de los padres, los amigos y compañeros, los medios de comunicación, los grupos de pertenencia…, y se conforma en base a una combinación de estos factores.
Según el estudio realizado por Kuhn (1960), la respuesta a la pregunta ‘¿Quién soy yo?’podía dividirse en dos grupos principales. Por una parte las respuestas basadas en roles sociales (aspectos externos, objetivos vitales, etc.) y por otra las basadas en rasgos personales (aspectos internos, afectivos o de personalidad).
2.- La autoestima, o cuánto te valoras
La autoestima se refiere a la medida en que nos gustamos, aceptamos o aprobamos a nosotros mismos, o dicho de otro modo, cuánto nos valoramos. La autoestima siempre implica un grado de evaluación y por tanto puede resultar en una visión positiva o negativa de nosotros mismos.
Una serie de factores puede afectar a la autoestima, incluso cómo nos comparamos con los demás y cómo responden los demás ante nosotros. Cuando la gente responde positivamente a nuestra conducta, somos más propensos a desarrollar una autoestima positiva, y viceversa.
En esta linea, Argyle (2008) considera que hay 4 principales factores que influyen en la autoestima:
1) La reacción de los otros. Si la gente nos admira, nos adula, nos busca, nos escucha con atención y se manifiestan de acuerdo con nosotros, tenderemos a desarrollar una autoestima positiva. Si por contra nos evitan, nos descuidan, nos dicen cosas sobre nosotros mismos que no queremos oír, también nuestra propia valoración será negativa.
2) La comparación con los demás. Si cuando nos comparamos con personas de nuestro grupo de referencia, concluimos que estas personas son más exitosas, felices, ricas o guapas que nosotros tenemos la tendencia a desarrollar una auto valoración negativa, si es al revés, nuestra autoestima se verá reforzada.
3) Los roles sociales. Algunos roles sociales llevan aparejado cierto prestigio, por ejemplo, médicos, pilotos, deportistas, presentdores…Esto sin duda promueve una autoestima elevada. Otros roles sin embargo están estigmatizados, como presos, enfermos mentales, desempleados, etc… Esto tiene por supuesto una consecuencia directa sobre la valoración que hacemeos de nosotros mismos.
4) Identificación . Es una variable dependiente de la anterior, ya que se refiere a la interiorización de los roles que desempeñamos. Esto hace que se conviertan en parte de nuestra personalidad, es decir llegamos a identificarnos con las posiciones que ocupamos, los papeles que desempeñamos y los grupos a los que pertenecemos.
3.- El Yo ideal, o cómo te gustaría ser
En muchos casos, la forma en que nos vemos y cómo nos gustaría vernos a nosotros mismos no coincide. Esto significa que los auto-conceptos no siempre están perfectamente alineados con la realidad.
Según Carl Rogers, el grado en que el autoconcepto de la persona coincide con la realidad determina el grado de congruencia o incongruencia.
Rogers cree que la incongruencia tiene sus primeras raíces en la infancia. Cuando los padres ponen condiciones al afecto que ofrecen a sus hijos (sólo expresan su amor si los niños “lo ganan” a través de ciertos comportamientos, o satisfacen las expectativas de los padres), los niños empiezan a distorsionar los recuerdos de experiencias en los que se han sentido indignos del amor de sus padres.
Por contra, el amor incondicional, ayuda a fomentar la congruencia. Los niños que experimentan este tipo de amor no sienten ninguna necesidad de falsear continuamente sus recuerdos para creer que otras personas los aceptan como realmente son.
El autoconcepto y su importancia en la adolescencia
El fácil llegar a la conclusión de que el autoconcepto es un factor clave en la formación de la personalidad, que además, se relaciona con el bienestar personal a lo largo de toda la vida. Desarrollar un autoconcepto positivo desde la adolescenciaposibilita un buen ajuste psicosocial y previene futuros problemas psicológicos y de adaptación personal en general.
En esta línea, compartimos para su descarga el documento “Revisión teórica sobre el autoconcepto y su importancia en la adolescencia”, de gran interés para adquirir una comprensión adecuada del constructo, que es abordado por los autores de un modo riguroso en su definición, significado, factores, dimensiones y etapas.
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Psicología Colegio Ntra. Sra. del Carmen
Blog de la asignatura de Psicología de 2º BTO del Colegio Ntra. Sra. del Carmen de Valladolid
domingo, 25 de febrero de 2018
UNIDAD 9. Construcción del ser humano: la personalidad
jueves, 1 de febrero de 2018
UNIDAD 8. Construcción del ser humano: la motivación y la emoción
Estándares de aprendizaje
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Etapa
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Indicadores de logro
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B5-1.1.
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· Conoce y compara las distintas teorías sobre la
motivación y explica su aplicación en algunos supuestos teóricos.
1.
Teoría de la
Homeostasis de Bernard y Cannon.
2.
Teoría de Hull:
Necesidades del Organismo. (Impulso
(primario y secundario), hábito e incentivo
3.
Teorías del
incentivo (Conductista): recompensas.
4.
Teoría de las necesidades
de Murray: Importancia de los acontecimientos vividos en la infancia.
Motivación inconsciente. Lista de necesidades.
5.
Teoría humanista
de Maslow
6.
Teoría
Psicoanalítica: motivos inconscientes o tendencias innatas (sexo y agresión).
Buscar placer o evitar el dolor.
7.
Teorías
cognitivas (procesos mentales):
a.
Planes.
b.
Metas.
c.
Disonancia.
d.
Expectativas.
(Indefensión aprendida).
e.
Atribuciones.
La
teoría de las necesidades de Murray y la teoría humanista de Maslow comparten
que, en ambas, el individuo cuenta con una serie de necesidades que deben ser
satisfechas. Además, habrá algunas que tengan mayor importancia que otras, por
lo que se satisfarán antes. En el caso de la teoría de Murray, estas
necesidades son denominadas “prepotentes”, en donde el sujeto vive con urgencia
la necesidad de dejarlas cubiertas. En la teoría de Maslow, la prioridad de las
necesidades responde a una jerarquización que comienza por necesidades de
deficiencia y culmina en una necesidad de autorrealización.
En
cuanto a las diferencias, la teoría de Murray pone el énfasis en las
experiencias que la persona ha vivido en la infancia, lo cual va a originar
unas necesidades inconscientes que expliquen el comportamiento. Maslow, por su
parte, propone que la persona nace con unas determinadas capacidades que deberá
potenciar a lo largo de su vida.
Además,
para Murray las necesidades son una fuerza que guían el entendimiento y la
conducta humana con la finalidad de convertir en satisfactoria una situación
que no lo es. Para Maslow, la motivación principal del ser humano es la
autorrealización principal.
Las
teorías homeostáticas son más idóneas para explicar las necesidades internas o
fisiológicas del organismo. Es decir, se explicarían necesidades como la sed,
el hambre, la temperatura corporal o el deseo sexual.
Sin embargo,
la teoría de la homeostasis psicológica de Cannon, además de hablar de las
necesidades internas, pone el foco en el equilibrio de necesidades psicológicas
como el reconocimiento o la aceptación grupal.
Los instintos
son una respuesta del organismo a estímulos tanto internos como externos que
tienen como objetivo preservar la supervivencia del sujeto. Los instintos son
heredados y no sería necesario ningún proceso de aprendizaje para su ejecución.
Los
impulsos de Hull, por su parte, están divididos en primarios y secundarios. Los
primarios coincidirían con los instintos en el sentido de que son innatos y se
asocian a necesidades básicas. Los secundarios surgen como consecuencia de
procesos de aprendizaje.
Además,
desde la teoría de la motivación de Hull, es necesaria una combinación de
impulsos, hábitos e incentivos para que la conducta tenga lugar. Los instintos
se ejecutan con la mera aparición del estímulo desencadenante.
La indefensión aprendida tiene lugar cuando el sujeto tiene la expectativa de que, haga lo que haga, no conseguirá su objetivo.
Algunos
factores internos que influyen en este fenómeno son la baja autoestima y la
baja autoeficacia percibida. Si la persona cree que no es válida o que no
cuenta con las capacidades necesarias para hacer frente a una situación
determinada, su motivación hacia esta se verá disminuida ya que anticipará que
no va a alcanzar el objetivo. El hecho de no enfrentarse a la situación y no
intentar resolverla va a tener como consecuencia que el problema siga presente,
por lo que la creencia de poca autovalía se verá reforzada.
Por
otro lado, también influyen los estados emocionales. Cuando está presente una
determinada emoción, el pensamiento se ve sesgado y se interpreta la
información disponible en base a ese filtro. Por ello, si está presente un
estado emocional de tristeza, aparecerá un sesgo de pesimismo hacia el futuro.
Esto tendrá como consecuencia que el sujeto se encuentre en una situación de
indefensión aprendida por considerar que no va a resolver la situación.
Por
último, en cuanto a los factores internos, tienen relevancia las atribuciones
causales. Los efectos de la indefensión aprendida serán mayores si la persona
tiende a pensar que la ocurrencia del evento negativo (o la no ocurrencia del
evento positivo) es debida a factores internos, estables y globales. Es decir,
el sujeto cree que algo malo ocurrirá por una carencia que le es propia y que
es estable en el tiempo, por lo que no la puede cambiar.
En
cuanto a los factores externos, se dará mayor indefensión aprendida si la tarea
o la situación son muy complicadas o el sujeto las percibe como alejadas de su
control.
Asimismo,
influye la historia previa que haya tenido la persona en tareas similares. Si
ha tenido un historial de fracasos, es más probable que adopte una posición de
indefensión aprendida. Además, esto se puede ver favorecido por haber recibido
unas contingencias inconsistentes. Un ejemplo de esto último sería cuando un
padre castiga a su hijo por la mayoría de sus conductas, incluso cuando no sea
un comportamiento inadecuado. Así, el niño aprende que, haga lo que haga, su
comportamiento va a ser castigado.
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B5-1.2.
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· Comprende y explica los conflictos motivacionales que
pueden causar frustración y algunas estrategias que ayuden a aumentar la
tolerancia a ese sentimiento.
En el momento
de tomar una decisión, las personas se encuentran a menudo con los llamados conflictos
motivacionales o conflictos intermotivacionales. (El deber de elegir entre
dos acciones, que poseen atractivos alternativos según sus diferentes puntos de
vistas). La elección de alternativas, supondrá un coste de oportunidad, es
decir, un sacrificio respecto al logro de los motivos extrínsecos y /o
intrínsecos que podrían conseguirse a través de la elección de otras
alternativas distintas.
CATEGORÍAS DE CONFLICTOS
Ocurre cuando
se siente atraído simultáneamente por 2 resultados o actividades deseables.
Aparecen
cuando se siente repulsión por 2 o más resultados o actividades indeseables.
Surgen cuando
una sola opción tiene a la vez elementos negativos y positivos.
Son los que
encontramos más a menudo en la vida. Abarcan situaciones en las cuales existen
varias opciones y cada una de ellas contiene tanto elementos positivos como
negativos.
FRUSTRACIÓN
Y CONFLICTO
La frustración se
origina cuando no se logra satisfacer las necesidades o no se alcanza el
objetivo deseado. Puede darse como consecuencia de situaciones conflictivas y a
la vez ser origen de nuevos conflictos.
Los obstáculos
para lograr la meta deseada pueden ser externos o ambientales o internos o
psicológicos, como imposibilidades del sujeto para alcanzarla.
Existen
“frustraciones crónicas” a las que el sujeto se acostumbra sin que aparezca,
por lo menos en forma manifiesta, ningún conflicto.
Las
frustraciones y los conflictos se acompañan de estados de angustia que se
expresan como una desorganización de la conducta, cuya intensidad varía
desde la depresión y la tristeza hasta el miedo o pánico.
Si bien el
grado de tolerancia a las frustraciones es variable de individuo a individuo,
la personalidad madura tiende a enfrentar las frustraciones sin una
desorganización de su yo.
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B5-1.3.
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· Analiza las variables personales y contextuales que median
entre la motivación y el proceso de aprendizaje, valorando su importancia
para la mejora de logros educativos.
1.
Variables
personales:
a.
Expectativas
(autoconcepto y autoestima)
b.
Valor de la meta.
c.
Componente afectivo.
2.
Variables contextuales.
a.
Entorno social.
b.
Padres.
c.
Compeñeros.
d.
Todo lo que tiene que ver con la organización de
la clase.
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B5-4.2.
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B5-4.3.
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B5-4.4.
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· Analiza el problema emocional del estrés, estudiando
algunas teorías explicativas y mecanismos para afrontarlo y su aplicación a
situaciones concretas.
La
función de la frustración es avisarnos de que, a lo mejor, el resultado que
hemos obtenido no es el que esperábamos, necesitábamos o deseábamos. Es decir,
la frustración nos indica que tenemos que ajustar nuestras expectativas o
esforzarnos más para conseguir las metas.
Identificando los déficits, la
persona puede sentirse motivada para vencerlos. Sin embargo, si no los
identifica y solo se queda con la experiencia emocional desagradable, es
probable que su motivación se vea afectada.
El
estrés aparece cuando hay unas exigencias en el medio para las que el sujeto no
siente que cuenta con los recursos necesarios. Como vemos, hay dos componentes
desencadenantes, por lo que las estrategias de afrontamiento van a ir encaminadas
hacia ambas posturas.
Por
un lado, puede que la persona adopte estrategias orientadas al problema. Con
estas, intentará resolver la situación que lo ha llevado a sentir alterado su
bienestar personal. Para poder modificar las demandas ambientales, la fuente de
estrés debe ser controlable por el sujeto. Es decir, no podemos orientar el
problema intentando cambiar aspectos que se escapan de nuestro control, como
fenómenos de la naturaleza o pensamientos de otras personas.
Por
otro lado, la persona puede adoptar estrategias orientadas a la regulación
emocional. Puede utilizarlas como estrategia de primera elección o bien cuando
se dé cuenta de que la fuente de estrés se escapa de su control. En este caso,
se trata de cambiar la forma en la que el sujeto se enfrenta a la situación
estresante, percibiéndola de otra manera que le permita una mayor regulación
emocional.
El
estrés es la activación general del organismo que surge tras la percepción del
individuo de que hay unas exigencias en el ambiente para las que él no cuenta
con los recursos necesarios. Es decir, el estrés nos informa de que debemos
movilizar nuestros recursos personales para resolver una situación amenazante,
por lo que, como el resto de las emociones, sería una respuesta adaptativa del
organismo.
La
funcionalidad del estrés la va a marcar su frecuencia, intensidad, duración y
nivel de interferencia en la vida cotidiana. Es decir, cuando el estrés es
moderado actúa como un motor motivador de la conducta, incrementando nuestro
nivel de activación y mejorando el rendimiento. Sin embargo, si el estrés es
muy elevado nos bloqueará y nos sentiremos incapacitados. Además, si se
prolonga en el tiempo, puede dar lugar a problemas médicos. En estos casos, no
sería una respuesta adaptativa.
Cada
uno ha de reconocer cuáles son para él las situaciones potencialmente
estresantes. Una vez identificadas, podrá reconocer qué estilo de afrontamiento
adopta en cada una de ellas (pasivo o activo) y qué estrategias utiliza
(orientadas al problema u orientadas a la regulación emocional). Además, es
conveniente que reflexione sobre el éxito obtenido en cada una de esas
estrategias puestas en práctica y cómo podría actuar la próxima vez que se
enfrente a una situación estresante.
Por
ejemplo, si nos encontramos con una persona que tiene un estilo de
afrontamiento pasivo, es decir, que evita las situaciones estresantes, es
probable que no adopte ninguna estrategia para su resolución. Así, en un primer
momento sentirá alivio porque desaparece la fuente generadora de estrés, pero,
a largo plazo, se sentirá indefenso por sentir que no cuenta con habilidades
para resolver situaciones amenazantes. Esto puede dar lugar a su vez a que,
cada vez que la persona sienta estrés, lo haga con más intensidad porque su
cuerpo se sensibilice a consecuencia de la evitación.
En
el caso concreto del examen, el alumno debe identificar cómo actúa en los
momentos en los que está presente el estrés. Puede que un examen sea una
situación poco estresante para él, por
considerar la materia fácil o su capacidad de estudio elevada, en cuyo caso los
niveles serán adecuados y el estrés sea positivo, movilizándolo a la acción.
Sin
embargo, si considera las exigencias del examen desbordantes o no se siente
capaz para enfrentarse al mismo, es probable que necesite poner en práctica
estrategias de afrontamiento del estrés. Si las estrategias que adopta están
orientadas al problema, puede que intente organizar la información de otra
manera utilizando diversas estrategias (resúmenes, subrayado, esquemas, mapas
conceptuales, etc.), puede que pida ayuda a alguna persona de su entorno para
comprender ciertos aspectos, o que decida no estudiar una parte del temario que
le parece especialmente difícil. Si adopta estrategias orientadas a la
regulación emocional, puede hacer un análisis exhaustivo de la situación en la
que revise sus capacidades personales, recordando situaciones pasadas en las
que ha tenido éxito e identificando estrategias que lo ayuden a mejorar su
concentración. Esto hará que su autoeficacia percibida aumente y se enfrente a
la situación con una sensación de contar con buenos recursos personales.
Será
determinante en la protección frente al estrés la autoestima del sujeto. Es
decir, si la persona cuenta con una buena autoestima y se siente válida para
resolver diversas situaciones, no va a percibir la situación como desbordante y
el estrés que presente será positivo.
Además,
va a repercutir como factor de protección el tener un locus de control
interno o una atribución causal interna. Es decir, el sujeto considera que
ciertas situaciones se encuentran bajo su control y no dependen del destino o
de la suerte. Al considerar que puede controlarlas, es más probable que adopte
un estilo de afrontamiento activo que le permita resolver los problemas,
creando una huella de memoria de alta autoeficacia.
Ciertas características de la
personalidad que pueden actuar como factor protector frente al estrés son el
compromiso, la resiliencia, el optimismo, una elevada inteligencia emocional y
un estilo de afrontamiento activo.
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B5-5.1.
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· Conoce y aprecia la importancia de las relaciones
afectivas y sexuales, analiza sus aspectos fundamentales y explica que
relación puede existir entre la experiencia afectiva y la supervivencia de la
especie.
Como vimos en la unidad 3, un
instinto básico de supervivencia es la reproducción y el cuidado de las crías.
En la especie humana, que se ve influida por la cultura y las relaciones sociales,
el amor y la experiencia afectiva son los medios para alcanzar ese fin
instintivo.
Las experiencias afectivas nos
proporcionan placer, por lo que tendemos a buscarlas. Estas experiencias, junto
con la sexualidad, conforman la motivación básica de reproducción y cuidado de
los hijos, que se perpetuará en el tiempo por haber creado un vínculo afectivo.
Las relaciones pasan por
diferentes fases, en donde van cambiando los niveles de atracción, compromiso e
intimidad. Las principales diferencias que existen entre el enamoramiento y el
amor son las siguientes:
IDENTIDAD SEXUAL
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